Para continuar con el ciclo de los artículos de las comidas muy calientes, picantes o frías, les dejo esta investigación.
Un amigo practicante de la acupuntura, me comentó en una oportunidad sobre los efectos del tomar bebidas muy frías o calientes; por aquel tema del yin-yang, las energías del cuerpo y como tomar agua extremadamente fría iba a generar impotencia sexual al largo plazo…
Un amigo practicante de la acupuntura, me comentó en una oportunidad sobre los efectos del tomar bebidas muy frías o calientes; por aquel tema del yin-yang, las energías del cuerpo y como tomar agua extremadamente fría iba a generar impotencia sexual al largo plazo…
Le voy a tener que pedir ayuda a él para escribir todo ese reportaje, pero buscando información asociada a estos temas, encontré sobre las comidas congeladas y me pareció importante publicarlo.
En general, el proceso de congelar las comidas se llevado a cabo para preservar los alimentos por un mayor periodo de tiempo y evitar ir al auto mercado cada día. Esto funciona porque la descomposición se vuelve un proceso lento y ofrecen un ambiente hostil para el crecimiento de las bacterias... Pero no quiere decir que las detenga totalmente y es bien sabido que las bacterias crecen en todos lados.
Si bien es cierto que los alimentos congelados pueden durar una buena cantidad de tiempo (meses o años en el caso de los pobres mamuts), tampoco podemos suponer que la comida va a durar para siempre metida en el congelador de nuestras casas o mercados... Mientras más tiempo se mantengan congelados, menos nutrientes efectivos se van a poder aprovechar y la textura y el sabor de los alimentos cambia.
Adicionalmente si el proceso de congelación es muy profundo, la descongelación deberá ser muy prolongada y uniforme… Al descongelar muy rápido terminaran con secciones crudas y frías, mientras que otras secciones del alimento quedaran chamuscadas y a altas temperaturas… Seguramente ahora te estarás recordando de aquel día, cuando te estabas muriendo de hambre y descongelaron en el microondas aquel asado; seguramente al probarlo fue una experiencia entre comer helado de sopa con papas fritas carbonizadas en las mismísimas fauces del infierno… Hahahaha, que rico!
La recomendación es y siempre va a ser:
- Congela estrictamente lo necesario.
- Etiqueta los alimentos en el congelador y lleva las fechas de cuando fueron adquiridos en una lista (te evitaras una muy sabrosa sopa de vegetales con pollo semi-podrido… Oye, es por eso que no hacemos sopa de mamut!).
- Evita abrir la puerta de tu congelador cada 10 minutos. Si debes revisar el contenido por algo que no sabes si existe en tu nevera, busca en la lista mencionada en el punto anterior. Mientras más tiempo mantienes el congelador abierto gastas más electricidad y aumentas la temperaturas de los alimentos pudiendo hacerlos dañinos en algunos casos.
- Si debes congelar carnes, prepáralas antes. En algunos casos, mantendrá los sabores en los alimentos por más tiempo y la descomposición bacteriana será aplacada por unos cuantos días.
- No congeles vegetales. La celulosa de los mismos se dañan al congelarlos. Es decir, come los vegetales lo más fresco posible. Haz un experimento, congela una lechuga y veras como obtuviste goma de mascar sabor lechuga!
MmmmMM! tan sabroso como esa sopita fría de mamut con papás aderezadas al carbón.
-- Tanta plática del mamut me recordo lo siguiente, disfrutenlo!
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